lunes, 28 de febrero de 2011

Doblando calcetines. Bedhead. Transaction de Novo


No me gusta nada doblar ropa. Especialmente los calcetines. Como no tengo cuidado, siempre tengo miles amontonados y sin emparejar. Es como jugar al Memory, vas buscando parejas, tienes que darle la vuelta y cuanto mas parejas formas mas fácil resulta ir emparejando. El problema surge cuando te das cuenta que has perdido fichas y tienes calcetines sin pareja. Es entonces cuando, como cualquier niño, empiezas a buscar en los lugares más insospechados. La lógica infantil es aplastante, si estuviera en un lugar habitual lo habrías visto.

Ayer decidí ponerme en la titánica labor de doblar todos los calcetines (todos los que tuvieran pareja, claro). Me planté en el cuarto de la plancha (mas comúnmente llamado trastero, aunque en publico me refiera a el como la habitación de invitados), fui recogiendo todo calcetín que encontré y llevándolo al salón. Antes de empezar, había que seleccionar una buena banda sonora en mis combados muebles. Tenía una clara idea de lo que quería escuchar. ¿Low? No. ¿Seam? Uhmmm. ¿Codeine? No. No hay música mejor para doblar calcetines que la denominada Slowcore. Sus momentos pausados incitan a la reflexión (como he sido tan dejado para acumular está montaña de calcetines...) y a la concentración (Spiderman con Spiderman, Homer con Homer, Batman con Batman, Color negro desparejado de Bart con color negro desparejado de Superman...) y los arrebatos eléctricos permiten mantenerte despierto. ¿The New Year? ¡Si! Buscando entre el barullo de discos uno de The New Year me tope con el Transaction de Novo de Bedhead. Rápidamente pensé que Bedhead era el grupo. Es como ese hermano que pasa inadvertido. No llega a despuntar como clásico como Codeine. Ni es tan actual como su mellizo The New Year. Y es que Bedhead y The New Year son la cara y cruz de un mismo proyecto, el proyecto de los hermanos Kadane, un proyecto en el que cada nota cuenta con lo que tres notas pueden formar una gran obra. Podríamos coger todas las canciones de ambas bandas, mezclarlas y nos seria muy difícil diferenciarlas. En 1998 Transaction de Novo marcaba el fin del capitulo llamado Bedhead.

Poco a poco las canciones fueron acompañando mi labor. Los tranquilos acordes de Exhume pasaron entre clasificaciones por colores. Mientras sonaba More than Ever tuve que hacer una breve pausa para disfrutar de su triste melodía. La electricidad de Extramundane me saco del alienamiento. La fuerza de Psychosomatica me ayudo a dar el último empujón. Finalmente, me dispuse a escuchar The Present con el trabajo finalizado, mirando al infinito. Pensando que doblar calcetines molaba y que posiblemente era la mejor canción del disco.

Volveré a acumular cientos de calcetines sin doblar. Pero ya no será porque no me gusta o porque me da pereza. Será porque mientras puedo escuchar un gran disco.

lunes, 21 de febrero de 2011

Antipop Art. Ensaladilla Rusa

Preparen sus palos para la combustión. Utensilios para el almuerzo. Apuren sus whiskeys convénzanse de que van a morir. Achicharra tus sardinas. Guss Von Krampuss. Bajito bocazas. Gritar a una pared. Violencia embotellada. Corteza Mandril. Viendo rojo. Kabila mató a Mobutu. Piñata. Timón. ¡Pezuña!. Orfeón danos tierra. África. No quiero oírlo. Sámbale, jirafa, batusi. Cierta tendencia a la desaparición de los bosquimanos. Perdimos su rastro en Burkina Faso. Cortadora. Filo recto. Rellenador. Ensaladilla menor. Canción para nuestro amigo Chi.

Perdiendo perspectiva. La C86.

50 Libras. Es el precio de un mito. Podría parecer barato si no habláramos de un cassette de segunda mano de hace 25 años. Recordad cuando os obsesionabais con una canción y rebobinabais una y otra vez sin dar al 'stop'. Cuando os faltaban pilas en el walkman y utilizabais el boli 'bic'. Imaginad el estado de la cinta tras 25 años de ir y venir de la biblioteca de tu barrio, 25 años de horas punta camino de la facultad. Como se tiene que reír el que la ha puesto a la venta.

Pero pongámonos en antecedentes. La cinta C86 es una cinta promocional editada por Rough Trade y New Musical Express en 1986. Pretendía ser un catalogo de nuevas bandas representativas de lo que se cocía a mediados de los 80 en el panorama musical del Reino Unido. Además de nuevos fichajes de Rough Trade contaba con bandas de los sellos Creation entre otros.

Hasta ahí los hechos históricos. La realidad es muy distinta. Un efecto bola de nieve que, en mi opinión, se fue de las manos y que a día de hoy seguimos arrastrando.

1. A lo largo de los años el termino C86 se ha utilizado para englobar a una serie de bandas caracterizadas por hacer un pop meloso. Cierto es, que parte de las bandas incluidas en la selección, tendían a la melodía pegadiza, suave e inocente, un poco pasada de azúcar. Muchas de ellas influidas por The Smiths que en esos días tocaba techo con The Queen is Dead. Pero la cinta recoge todo tipo de estilos y está plagada de bandas con tendencias punk y rock. El nexo en común no era estilístico, era la frescura, la novedad y la actitud 'Hazlo tu mismo' (una ética punk que no tiene porque verse reflejada en el sonido).

2. Es la consumación de la separación de las discográficas en 'Mayor' e 'Indies' que se venia gestando muchos años atrás. O a lo mejor es la consumación del hecho que las 'Indies' quieren ser 'Mayor'. Nunca lo he tenido muy claro...

3. A día de hoy a nadie le sorprende que la prensa musical Inglesa intente crear un mito cada semana. La bola de nieve es empujada. Empujada desde NME, Uncut, Melody Maker... Utilizada como referencia una y otra vez para dar sus diez minutos de gloria a grupos revivalistas (no confundir con revitalistas). Obsesionados por salvar la música a golpe de Marketing. Con los años se ha perdido perspectiva y parece que el saco se ha roto, entran grupos anodinos y con un nivel de inspiración muy bajo cuyo único objetivo es fichar por una 'Mayor'. Dirigidos a un publico principalmente juvenil que realiza un consumo rápido y que normalmente no tienen referencias del original. Estamos hablando de copia, no de influencia. No solo se copia la melodía, también la estética. Y, peor aun, la actitud. Creando un efecto de serialización, un tufo a rancio, una sensación de artificio en la pose.

Realmente la C86 fue un revitalizante en su día y es un referente en nuestros días. Varias de las bandas que aparecieron siguen ofreciendo grandes momentos, otras demuestran que había sitio todavía para la experimentación, que había y sigue habiendo vida tras los Smiths y tras cualquiera que venga.

Demos gracias que el ejemplo se extendió y todavía disfrutamos de personas dedicadas a rescatar para nosotros las bandas hundidas en las escenas locales, bandas y personas sencillas.


jueves, 10 de febrero de 2011

Depeche Mode tuneados

No soy muy fan de las versiones, pero ayer me pasaron la versión que los geniales Nada Surf han hecho de "Enjoy the silence" de Depeche Mode.



Y curiosamente otra de mis versiones favoritas es la que hicieron Rammstein del "Stripped" de los DM. Eso me deja con una duda: ¿quiere decir que Depeche Mode es un gran grupo o que por el contrario sus canciones necesitan una mejora externa?

miércoles, 9 de febrero de 2011

Natasha, de David Bezmozgis

En el 2004 surgió un nuevo niño prodigio de las letras norteamericanas: David Bezmozgis. Saludado por la crítica y sus compañeros como el referente a seguir, casi de inmediato se publicó en España su primer libro (de relatos) “Natasha”. Y quizá hubiera sido mejor dejar reposar el libro aunque sólo fuera para permitir al traductor trabajar a gusto, porque su traducción adolecía de fallos garrafales. Aún resuena en mi cerebro la palabra “pallaso”. Tal cual. ¿Qué tipo de traductor profesional puede repetir al menos tres veces, un error de este calibre en un solo relato de 25 páginas?

Además, lo leí muy rápido en un viaje y la valoración que quedó del libro era bastante tibia. No estaba mal, pero para nada era brillante. Parecía como si del mismo modo que en algún momento estuvo de moda la literatura judía (Singer, Bellow, Malamud…), luego la hindú y similares (Kureishi, Seth…) el definitivo exotismo era ser judío y del este europeo, letón en el caso de Bezmozgis, para poder contar nuevamente las vicisitudes de la integración en los USA de gente procedente de un mundo diferente. Es el precio que hay que pagar si te gusta leer literatura actual, muchas veces el marketing es el que manda.

El caso es que en estos años parecía que mi impresión se confirmaba, el efecto Bezmozgis se había difuminado bajo la sucesión de nuevas estrellas en ciernes de la literatura USA. Sin embargo via Alvy Singer descubrí la lista de los 20 mejores escritores norteamericanos por debajo de los 40, elaborada por “The New Yorker” y allí aparecía de nuevo Bezmozgis. “Vaya, fíjate” si todavía es un prometedor escritor, pensé.
Investigando un poco, desde la publicación de Natasha, nuestro autor se ha dedicado a dirigir películas y documentales y va a publicar una novela en abril de este año (en los USA).

Como podréis imaginar ha vuelto a releer el libro. Y me ha gustado mucho más. He encontrado ecos del mejor Harold Brodkey, lo cual es decir mucho ya que este era un maestro del relato, aunque se empeñara durante 30 años en escribir la gran novela americana.

Los diferentes cuentos se centran en el hijo de la familia protagonista, alter ego de Bezmozgis, en varias épocas de su vida: como niño, adolescente y joven adulto. El libro tiene un cuerpo central formado por “El segundo hombre más fuerte del mundo” y “Natasha” que son los mejores relatos, aunque me gusta mucho también el primero, “Tapka”. Durante todo el libro fluye una suave melancolía , procedente de la visión que nos ofrece de los adultos (abuelos, padres, tíos), que se resisten a abandonar totalmente su vida anterior aun cuando hacen lo que tienen que hacer para adaptarse a sus nuevas circunstancias.
Si pueden prescindir de los errores de traducción (o si leen en inglés), éste es un muy buen libro de relatos. O quizá es que verdaderamente el marketing es un gran invento.