lunes, 5 de julio de 2010

Rewind: The portable Frank, de Jim Woodring

Jim Woodring ha construido un universo delirante y extraño partiendo de la tradición de los cómics denominados “funny animals”, es decir historias con animales antropomorfizados, cuyo más claro exponente son los personajes Disney.


Con un estilo de dibujo cercano a la línea clara, elegante y muy creativo en el diseño de los escenarios y los personajes, Woodring nos sorprende con las aventuras de Frank, un personaje simpático en apariencia (gracias a la influencia inconsciente que el diseño y la tradición ejercen sobre el lector), pero que es egoísta, distante y hasta cruel en ocasiones, sobre todo con el denominado hombre-cerdo, centro de innumerables vejaciones y que suele acabar fatal en todas las historias. Frank se mueve en un mundo lleno de amebas carnívoras que surgen del aire, conoce a una especie de Demiurgo con un sonrisa enigmática que lo mismo ayuda a Frank que mantiene al hombre-cerdo en una celda de tortura, tiene una mascota que es una especie de …, no sabría decir qué, pero con cola y con muy mala leche, y así descubrimos hallazgos casi en cada página.
Frente al carácter amable de sus referentes, Woodring introduce en todas sus historias una sensación indefinida de amenaza, de inquietud, magistralmente reafirmada por el silencio que impera en el desarrollo de las historias y el ritmo narrativo. Así, al ir leyendo las diferentes partes nos zambullimos en una marea de surrealismo coherente y cerrado, en la que el talento del autor nos plantea situaciones curiosas a las que cada lector puede dar su propia interpretación.
Historias que parecen sueños y mundos en lo que todo es posible y nada es como lo conocemos.

3 comentarios:

David dijo...

No lo he leído (algunas páginas por sugerencia de un amigo, pero no seguí). No sé... Igual se lo pido algún día.

David dijo...

Por cierto... tal vez tenía que haber escrito "leído".

Jeune Albert dijo...

Hombre es un cómic que es muy especial.
Personalmente creo que gana mucho si lees varias historias seguidas.
A mí me paso lo mismo que a tí cuando "leí" Travel.
Pero creo que se puede aplicar el concepto leer perfectamente auanque no haya palabras. Eso es lo que tiene de fascinante el cómic que su lenguaje es una mezcla de letras e imágenes, pero que puede funcionar igual de bien sólo con la parte visual.